jueves, 25 de septiembre de 2008

La biblioteca...

Es el único lugar en donde consigues estudiar sin quedarte dormida... Es el único lugar donde le ganas la batalla al sueño, en donde el estudio prevalece a cualquier otra cosa... O al menos en tu caso eso es lo que ocurre... Pero no te gusta ir allí!

Por muy temprano que vayas siempre terminas paseando de un lado a otro, buscando alguna silla vacía, algún rincón de alguna mesa en el que no haya apuntes... Casi siempre terminas sentándote en el rinconcito aquel en el que nadie se sienta porque no funciona la lucecita esa... Pero como a ti no te importa que no funcione...

No te gusta ir allí porque al principio te cuesta muchísimo concentrarte... Y no te queda más remedio que clavar tus ojos en los apuntes, diciéndote a ti misma sin parar que tienes que estudiar... Porque tú vas a la biblioteca a eso, a estudiar...

Pero parece ser que hay gente que no... Y cuando alzas la vista observas a parejas que no dejan de hacerse arrumacos, incluso a veces presencias alguna acalorada discusión entre ellos... Alzas la vista y observas como varios jovenzuelos se tiran bolas de papel como si en el recreo estuviesen... Y escuchas el incesante click clack del boligrafo de tu vecino, mientras te planteas si arrancárselo de las manos... Y te fijas en las típicas cotillas que critican a todo aquel que llega... Estornudos, móviles vibrando, el habitual nerviosillo que pasa las hojas rápidamente, sin darle tiempo a leer nada, paseos y más paseos al lugar más insospechado...

Te desconcentras de nuevo... Tienes que volver a clavar tus ojos en los apuntes, diciéndote a ti misma sin parar que tienes que estudiar... Porque tú vas a la maldita biblioteca a eso, a estudiar...

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