miércoles, 8 de octubre de 2008

La narizota...


Quizás tendría que haber recurrido a la narizota antes...

...Para así sonreir automáticamente... Para así olvidarme de los malos rollos de estos días... Para así poder seguir creyendo que lo bueno de las personas prevalece sobre lo malo, aunque cada vez sea más difícil agarrarse a eso...

Quizás tendría que reflexionar sobre si el problema es mío... Sobre si de esta vez tengo que cambiar y dejar de ser como hasta ahora he sido... Quizás así no me juzguen por una primera impresión... O si lo hagan, pero sin equivocarse...

Quizás la narizota debería acompañarme siempre... porque no quiero cambiar, quiero seguir siendo esa yo rara, diferente... Que cuando esta alegre está exageradamente alegre, pero cuando está triste, también está exageradamente triste... Quizás la narizota me ayude a encontrarme de nuevo conmigo misma y a descubrir que no merece la pena cambiar... Aunque seas tan rara como un perro verde, aunque mucha gente no se detenga a conocerte, aunque solo se fijen en tus defectos!
Quizás esa nariz es tu seña de identidad más preciada... Porque SÍ eres una payasa... Y orgullosa que debes de estar por serlo... Y no debe importarte que se rian de ti... Y no debe importarte no tener maldad... Porque si ellos la tienen tú no tienes porqué tenerla...
Quizás algún día esas personas que se empeñan en verte como una tonta, una boba, una estúpida sepan mirar más allá de ellos mismos...
Quizás para ellos algún día también prevalezca lo bueno de las personas sobre lo malo!

1 comentario:

William Bolaños dijo...

Exageradamente feliz, exageradamente triste. Totalmente de acuerdo, por qué considerar la moderación? Es que no nos lleva nuestra naturaleza a ser un caos contínuo? No quiero hacer el esfuerzo por ser moralmente adecuado, estable, predecible. Me quedo con la sorpresa, con la locura, con lo impredecible, con sentimientos brutales que casi nunca me permiten razonar las cosas despacio. Me gustas un montón, te leo siempre que puedo.
Un beso