Quién ha tenido el "placer" de experimentar el "agradable" sabor del gel en un cepillo de dientes? Moi!! Si supiérais lo riquísimo que está os irías ahora mismo como rayos directamente a probarlo... Porque sí, esta mañana me ha llenado de orgullo y satisfacción -de todo menos eso- el cepillarme los dientes con tan rico manjar. Bueno, seamos sinceros: sólo ha sido un amago, porque si me los hubiese cepillado de verdad con gel, probablemente no estaría escribiendo estas líneas.
Pues bien, el culpable de este episodio desagradable pero a la vez inolvidable ha sido el sueño. Sí, él! Tantas veces culpable de muchas de nuestras acciones -aunque deberíamos llamarle "no-acciones" ya que en lugar de hacer, deshacemos.
A mí es que el sueño me debe de querer mucho, porque siempre me persigue, me acosa... y pocas son las veces que consigo zafarme de él. En ocasiones, pienso que le gusta estar conmigo porque termino cediendo fácilmente a sus propósitos y así se siente con poder. Porque poder, al menos sobre mí, tiene y mucho.

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