martes, 25 de agosto de 2009

Dolor de Muelas...


Dolor de muelas... No se os eriza la piel con tan sólo leer esas tres palabrejas??? Y no de satisfacción, concretamente... Vamos, que no se os eriza la piel de la misma forma que lo hace cuando, por ejemplo, estáis tomando el sol. Porque un dolor de muelas no provoca gustirrinín -al menos no en mi caso.

Pues Pedro tiene dolor de muelas. Ha vuelto de vacaciones y se lo ha traído con él de recuerdo. Claro, como no ocupaba sitio en la maleta, pues se lo trajo. Y ahora se queja...
A mi, la verdad, es que no me dio pena ninguna cuando me lo soltó así, de bote pronto, como si esa fuese la noticia más interesante ocurrida en sus vacaciones. Es más, me entró medio la maldad y pensé que se lo tenía merecido por haber estado quince días en un lugar donde con un alto porcentaje de probabilidades no estuviesen reviviendo el diluvio universal. Todo envidia, en el fondo.

Pero poco a poco me fui compadeciendo de él... Más que nada porque los dolores de muelas son uno de los peores castigos que uno puede recibir. Quién no ha sido víctima de sus ataques? Quién no ha mordido el polvo -o lo que encontrase a mano- ante tremendo contrincante?

Porque tener un dolor de muelas es como ser el Hispano de Gladiator y enfrentarte a los leones en el circo romano. Imagínate: tú versus dolor de muelas. Que empieza atacándote ligeramente y como vas tan de sobrad@ no le das importancia... Pero, ale! cuando te quieres dar cuenta ya se te echó encima el puñetero dolor de muelas y no hay divinidad romana, ni circo, ni leches que te lo saque de encima...

Es ahí cuando te encuentras cara a cara, dolor a dolor, boca a boca, con el Dolor de Muelas -ya lo escribo en mayúsculas porque es toda una institución en el mundo de los dolores. Es ahí cuando, tembloros@, empiezas a idear toda serie de estratagemas para librarte de él. Y es ahí cuando cobra protagonismo la automedicación. Qué haríamos sin ella, verdad? Nos inflamos a pastillas, jarabes, soluciones... Lo que sea! Lo importante es que se esfume el dolor. Después nos miramos en el espejo para comprobar dónde está el meollo del problema, gesticulando de forma rara y desagradable. Y palpamos, examinamos... Si es que la automedicación es lo que tiene, que además de zumbarte -algo que ocurre habitualmente- aflora nuestros instintos médicos más secretos.

Aunque lo peor está por llegar... Nos vamos a la cama con la esperanza de que al día siguiente todo habrá pasado a la historia. Lo mejor de todo es que aunque nos pase miles de veces -espero que tantas no- siempre seguimos teniendo esa tonta esperanza. Qué noooo!! No ves que no se va? Qué no le llega con fastidiarte un sólo día?? Así que nos levantamos con cara de no quiero, con los ojos rojos de ira -y de sueño- y nos disponemos a convivir con el indeseable Dolor de Muelas.

Lo fastidioso es que toda la gente de tu alrededor percibe lo que te pasa y no deja de proponerte remedios y soluciones, a veces un tanto absurdas. Absurdas sí, pero que fijo que terminas probando... no mientas! Así que, si te sube mucho la automedicación al coco, terminas con la muela dándose golpes contra la pared, a modo destrucción total, o atándole un hilo y pidiéndole a alguien que tire para arrancarte la culpable de tus desgracias.

Hasta que te topas con alguien inteligente -aunque parezca mentira, siempre hay alguien inteligente por ahí- que te suelta la frase mágica: VETE AL DENTISTA. Y mientras escuchas la frase mágica notas como se te vuelve a erizar la piel y tampoco es de gustirrinín. Se te eriza la piel de terror!!! Tan grave es para que tenga que recurrir al dentista??

Porque si hay alguien a quien le tenemos tanto pánico como al Dolor de Muelas es al Dentista. Y no es para menos!! Un señor o una señora, con bata blanca, con una mascarilla al estilo M.J., con un aparatejo raro que hace ruido no puede inspirar una sensación de tranquilidad; sobre todo cuando te hace tumbarte en la camilla y te enfoca con esa luz potente, a modo de interrogatorio policiaco. Que a lo mejor, pienso yo, es gracias a esa luz potente con la que derrota al Dolor de Muelas... que se va sin despedirse, pero dejándote el recuerdo de la -feliz, en ocasiones- anestesia.

Aún bajo sus efectos -y debe ser por eso- le prometemos al dentista que nunca más haremos que un simple dolor de muelas se convierta en una infección del copón, que vendremos habitualmente a revisión y mil promesas más que incumpliremos nuevamente tras cruzar la puerta de salida.

Pedro ha ido al dentista y creo que aún está bajo los efectos de la anestesia porque jura y perjura que no le va a volver a pasar lo mismo. ;)

jueves, 6 de agosto de 2009

Mosquitos...

Mosquitos! Es escuchar esa palabra y los oídos me empiezan a zumbar, como estuviesen revoloteando ya a mi alrededor...

Si es que no puedo evitarlo: me horrorizan los mosquitos! Pero bueno, a quién no?? No conozco a nadie que les encanten... Es más, creo que no conozco a nadie que ni tan siquiera los soporte. Y no me extraña, porque son detestables... Ellos y su detestable zumbido, ellos y sus detestables picaduras! Si es que ya me empieza a picar todo el cuerpo con sólo mencionarlos... Agggh, mosquitos!!!

Para colmo, en muchos sitios son inherentes al verano. Qué empieza el verano? Pues ale, cientos, miles, millones de mosquitos inician también la operación salida -como si ellos también se fuesen de vacaciones- e invaden todos aquellos destinos que son de su preferencia -tal cual guiris.

Y claro, los mosquitos y yo este año compartimos destino en vacaciones. Al principio pensaba que tal y como se estaba desarrollando el verano, por llamarlo de alguna forma, a los mosquitos les entraría el frío y se lo pensarían unas mil veces antes de venirse al noroeste. Pero nada, resulta que alguien me dijo que estos bichos del demonio son fieles año tras año a su destino vacacional. Parece ser que ese alguien estaba en lo cierto.

Así que nada... toca convivencia forzosa! De día se suele llevar bien porque me da a mi que son fotosensibles... Pocas veces hacen acto de presencia. Lo de fotosensibles no os penséis que es alguna bobada mía. Para nada! Y si no hablemos de la noche. A los mosquitos les encanta que sea de noche.

Nada más esconderse el sol -si es que le da por salir- los mosquitos salen de fiesta y entonan su zumbatón favorito. Siempre el mismo tema, una vez tras otra... Siempre danzando cerca de tus oídos, como para darte envidia... O más bien ganas de emprenderla a cañonazos con ellos. Y aunque te tapes con las sábanas, aunque dormido muevas las manos de forma extraña para ahuyentarlos, ellos siguen con su gran verbena.

Hasta que enciendes la luz! Es encender la luz y zas!! ni rastro de los puñeteros bichos!! Por si las moscas, mejor dicho, los mosquitos, dejas la luz encendida un rato... A ver si deciden volver y los pillas in fraganti! Pero desistes después de un rato, porque claro está, el sueño te puede. Apagas la luz y zas!! zumbatón de nuevo, sin parar all night!

Por eso he llegado yo a la conclusión de que los bichos estos son fotosensibles... Y varias investigaciones lo avalan.

Pero ya no es que sólo sea el zumbatón... Si sólo se dedicasen marearte la cabeza pues no sería un problema tan grave... El verdadero problema empieza cuando les da por picar. Qué vampiros, la leche!!! Que una se despierta por la mañana y no sabe si ha pillado la varicela de nuevo... O lo típico de despertarte y pensar: "ostras! me he estado rascando la mano toda la noche o lo he soñado?" Porque eso sí!! Cuando pican pican de verdad... Y claro, toca rascar y rascar... Y de repente, cuando menos te lo esperas, tienes más cráteres que la luna.

No me estraña que a los papás y a las mamás les entre la paranoia con los peques... Aún recuerdo cuando era una canija y me embadurnaban de Autan... Qué mal olía y qué pringoso era!! Pero, al menos, podía estar tranquila. Además, de peque quién no se ha comido sin querer un mosquito? De peque o no de tan peque... Y lo de sin querer lo digo porque no creo que nadie quisiese comerse un mosquito... O no sé, puede que sí!

Hablando del Autan, me viene a la memoria otra teoría que tenía y que probablemente -esta sí- sea errónea: Recuerdo que por las noches, ante la invasión de los mosquitos, yo me proponía matar, como mínimo, a uno de ellos. Pero tenía que ser a conciencia, tenía que ser un asesinato en toda regla. Me lo proponía y hasta que lo conseguía no paraba porque pensaba que matando a uno, todos los demás se irían... se lo llevarían a enterrarlo y a hacerle un largo funeral, por lo que yo podría dormir tranquila. Pero sólo eran teorías de una canija con instinto asesino hacia los mosquitos...

Tras leer esto -si no es que ya en la primera línea os habéis quedado dormidos- apuesto a que os estaréis diciendo: "Pero esta tía... qué pasa? Qué en su pueblo no venden kill paff o mata mosquitos??" Pues claro que sí, lo que pasa es que verano tras verano han conseguido inmunizarse! Increíble, pero cierto... Sí, sí... Son inmunes incluso al Autan! Pobrees peques, qué ya no los van a embadurnar más con esa pestilente solución anti mosquitos! :P

Y digo yo... en qué criterios se basan los mosquitos para elegir su destino vacacional? Porque al pueblo de mi abuela no van... Allí en verano no hay mosquitos! Pero sí gaviotas... Pasan del zumbatón al graznatón!! Pufff!! La verdad, es que ya no sé qué es peor...