miércoles, 30 de septiembre de 2009

Autoestima...


Esta mañana, cuando cogí la regadera y me dispuse a regar mi autoestima, me llevé una gran nefasta sorpresa: mi autoestima estaba marchita!!!

Tardé unos minutos en reaccionar porque no esperaba encontrármela marchita... Cierto es que la había abandonado a su suerte desde hacía bastante tiempo, pero pensaba que era fuerte, perenne, que a penas necesitaba cuidados...

La había descuidado demasiado aún a sabiendas de que había estado en cuidados intensivos en varias ocasiones... Tonta de mí que pensé que ya recuperada totalmente, mi autoestima sería indestructible!!!

Intenté echar cuentas mentalmente de todo el tiempo que había estado sin preocuparme por mi autoestima y me sentí terriblemente culpable...

Palpé la tierra... Estaba tan árida que por mucho que la regase no alcanzaría una calidad óptima. Estaba árida y pisoteada... muy, muy pisoteada!! Y la autoestima marchita...

No me quedó más remedio que coger una nueva maceta, llena de buena tierra y plantar en ella las semillas de mi autoestima...

Las regué con ansia y les prometí, les juré a esas semillitas que las cuidaría, las abonaría, las mimaría para que mi autoestima naciese y creciese con fuerza. Me prometí a mi misma, me juré que nunca más volvería a descuidarla porque no sería bueno volver a verla marchita...

Así que llevaré conmigo siempre una regadera para regar mi autoestima, abono para que crezca sana y fuerte y estaré atenta para que nadie la pisotee... porque con una autoestima marchita no se va a ningún lado.

Extrañezas...

Que te roben el bolso en un autobús y no te dés ni cuenta puede parecer extraño... De hecho, lo es. Sobre todo cuando ni tu compañero de asiento se percata del hurto... Y claro, cuando lo echas en falta se te queda cara de tonta y no dejas de darle vueltas en la cabeza al tema. Piensas mil opciones, cada una más surrealista que la otra... Pero al final te quedas como estabas... bueno, no! Te quedas sin bolso, sin tus pertenencias...

Porque sí, eres de las que llevas el bolso a rebosar de cosas... Cuánto más grande, más cosas llevas! Para eso son, no? Y resulta que ese día, exactamente, has decidido llevar un bolso grande... Y en él infinidad de cosas -muchas de ellas meras tonterías para la mayoría de la gente, pero para ti no.

Y tras el fatal acontecimiento te traumatizas un poco y durante unos días lo pasas algo mal... Además, la gente que te rodea recurre al chiste fácil y siempre te recuerda que eres algo torpe, olvidadiza, o lo que sea... El famoso "modo museo" que se había hecho famoso en Madrid pasa a ser "modo autobús" y, aunque a ti suele hacerte gracia, a veces te entristece un poco que te vean como esa persona torpe a la que le roban el bolso y ni se da cuenta.

Pues si ese episodio forma parte de muchas de las extrañezas que te ocurren, hay otro que se lleva el premio en cuanto a episodio extrañamente extraño:

Que te avisen el día en el que se muere tu bisabuela de que tienes un paquete en Correos no es, aparentemente, ninguna extrañeza. Cualquiera recibe paquetes en Correos, y más si te has cambiado de domicilio hace escasamente unos meses...

Lo que puede parecer ya más extraño es que ese paquete se trate de una caja de zapatos... y más aún si no has comprado ningunos por Internet o algo por el estilo. Más extraño aún es que en la caja de zapatos sólo venga escrita tu dirección y no aparezca ningún remitente...

Mucho, mucho más extraño es que dentro de la caja de zapatos no haya unos zapatos... sino un bolso! Y concreta y extrañamente el bolso que cuatro meses antes te habían robado en el autobús!!!

Y claro, se te vuelve a quedar la misma cara de tonta del día del robo... o quizás una cara de tonta aún mayor!!!

Lo que también es extraño es que en el bolso aparezcan todas las pertenencias que llevabas en él... Extraño es que quien te lo haya enviado de vuelta no haya dejado ni una nota aclaratoria o algo por el estilo... No dejas de darle vueltas en la cabeza al tema y vuelves a pensar en mil opciones, cada una vez más surrealista que la otra.

Así que al final te quedas como estabas... bueno no! Te quedas con el bolso y con todas tus pertenencias...